EL LEON MALCRIADO
(DISTRITO DE COLASAY-JAÉN)
(DISTRITO DE COLASAY-JAÉN)
Muchos años atrás, el caserío campamento de joronga, era lugar
con abundantes bosques de cedros, michinos, faiques, choloques, cerezos, marlumbras; abundaban las culebras venenosas como macanches y uyures; habían animales de caza: magujos, venados, sajinos, pavas de monte. Los campesinos que vivían pòr allí, de continuo sufrían las perdidas de sus aves de corral, borregos y chanchos pequeños, luego de pacienciosos seguimiento descubrieron que le dañino era en león matrero y muy agresivo.
Nadie se atrevía matar al temible león. un joven cansado de las fechorías del felino decidió castigarlo para que se acuerde, había decidido no quitarle la vida, sino darle el susto de su vida, empezó a realizar su cerco, constru8yo una tarima bien alta donde no lo vea el león, luego de varios días de seguimiento al escurridizo león, pudo verlo cerquito a un borrego a punto de ser capturado, el joven se escondió y tras un frondoso árbol y cogió al león rápidamente de la cola, empezando a darle vueltas y más vueltas alrededor del árbol, el león desesperado empezó a aullar desesperado pidiendo perdón por las pillerías que había hecho en los corrales; el campesino cansados de hacer sufrir al felino, le dio puntapié en las posaderas y lo arrojó por los montes. Nunca más apareció por el lugar la plagosa fiera.
con abundantes bosques de cedros, michinos, faiques, choloques, cerezos, marlumbras; abundaban las culebras venenosas como macanches y uyures; habían animales de caza: magujos, venados, sajinos, pavas de monte. Los campesinos que vivían pòr allí, de continuo sufrían las perdidas de sus aves de corral, borregos y chanchos pequeños, luego de pacienciosos seguimiento descubrieron que le dañino era en león matrero y muy agresivo.
Nadie se atrevía matar al temible león. un joven cansado de las fechorías del felino decidió castigarlo para que se acuerde, había decidido no quitarle la vida, sino darle el susto de su vida, empezó a realizar su cerco, constru8yo una tarima bien alta donde no lo vea el león, luego de varios días de seguimiento al escurridizo león, pudo verlo cerquito a un borrego a punto de ser capturado, el joven se escondió y tras un frondoso árbol y cogió al león rápidamente de la cola, empezando a darle vueltas y más vueltas alrededor del árbol, el león desesperado empezó a aullar desesperado pidiendo perdón por las pillerías que había hecho en los corrales; el campesino cansados de hacer sufrir al felino, le dio puntapié en las posaderas y lo arrojó por los montes. Nunca más apareció por el lugar la plagosa fiera.
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